LO QUE VIENE LUEGO DE LA PANDEMIA

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El Diario El Comercio de Lima entrevistó la presente semana a  Bojing Wu, investigadora antropóloga oriunda de Hubei capital de Wuhan, quien en el año 2019 pasó una temporada en Perú haciendo una investigación sobre el vínculo entre las sociedades china y peruana, cabe recordar que la inmigración china comenzó en Perú en el año 1849, actualmente son cerca del 3% de la población entre empresarios, antropólogos juristas, políticos, médicos destacados, entre otras profesiones.

Bojing Wu llegó a su ciudad natal, en febrero de este año para celebrar el año nuevo chino, justamente en el momento en que el gobierno decretó la absoluta inmovilidad por el COVI 19. El 7 de abril se permitió la movilidad luego de dos meses y medio al no producirse más contagios en la zona. Dos días más tarde ella dio su entrevista a El Comercio.

Destaco dos frases de sus declaraciones, la primera: “Las personas pueden regresar a trabajar, pero todavía tienen que usar mascarillas, esterilizarse, tomarse la temperatura y mantenerse alejadas unas de otras. Nuestras vidas están lejos de volver al estado de normalidad anterior. Después de tanto tiempo de cuarentena en China, la sociedad y la economía se enfrentan a diversos desafíos, y todo se hará de forma que se evite la propagación de la epidemia”. No esperemos una normalidad rápida, el temor de réplicas nos hará ser muy cautos. La segunda afirmación: “Los manejos del gobierno son efectivos y rápidos, pero limitados, un país es como una familia, se necesita la solidaridad de cada persona. El gobierno escucha las opiniones profesionales y toma una serie de medidas, pero al mismo tiempo, se necesita que los ciudadanos cumplan estos objetivos comunes juntos”. Es decir se necesita unión entre todos para superar estos momentos. Este testimonio es muy reciente así como la experiencia de la epidemia. Hay mucho que aprender de la vivencias de otros, todavía aquí en la región, estamos en etapas complicadas que debemos superar.

La pregunta es qué va a pasar después si logramos el primer objetivo, vencer la pandemia. Sin duda hay sectores que tendrán que adaptarse o desaparecer. Por un gran tiempo los eventos masivos tienen que reinventarse, los medios tradicionales de enseñanza tienen que introducir y perfeccionar la tele educación y combinarla con curos presenciales más reducidos en estudiantes, las grandes aglomeraciones son caminos inviables tal como estamos acostumbrados. Los diarios muy probablemente reducirán sus ediciones impresas, y usarán las electrónicas, las salas de cine pueden combinar funciones con poca gente y la posibilidad de visualizaciones masivas desde el hogar a bajos precios. El turismo tiene que reinventarse en selectividad y cantidad de visitantes, la norma por buen tiempo será mantener la distancia física, los robots van a ir sustituyendo la mano de obra barata, por ser más seguros y eficientes, Japón hace años lo ha experimentado, esta tendencia se va a dar a nivel global y así podríamos seguir. Sin embargo ya se están dando sectores con prosperidad, la industria de exportación agroindustrial peruana está teniendo un crecimiento inesperado en estos días, el mundo va a orientar el consumo más a la alimentación sana y segura, el “delivery” tiene un auspicioso futuro.

Los hospitales congestionados deberán combinar citas físicas con remotas, la informática de salud tiene un buen futuro, sin duda la globalización va a sufrir una merma en su forma tradicional, las industrias locales de índole innovadora avizoran un buenos resultados. No se trata de desaparecer empresas y negocios sino de transformar la manera de hacerlos, ellos podrían dar un paso para la modernización y lograr así más competitividad. La industria que visualice oportunidades para la salud, diversión y entretenimiento familiar es un mercado a considerar, la trasformación del hogar además de lo que es como valor familiar, se irá transformando en el nuevo “Home Office” como mencionó en el último webinar de la Cámara el miércoles 8 de abril el expositor Oscar Mendoza. Lejos de ser este un mensaje de desaliento es una propuesta de la necesidad de trasformarmos desde nosotros como seres humanos, hasta nuestros negocios como fuente de riqueza para la sociedad. El camino es aprender y ser consistentes.

La Cámara del Pacífico los invita y apoya para visualizar juntos un futuro mejor, más justo y más digno para nosotros y
nuestros países, el reto está en nuestras manos.


     

 

 

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