LAS SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

La pregunta es ¿Qué está pasando? Las respuestas no son simples desde la guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta la dependencia de América Latina del primer mundo y su desarrollo centrado en un comercio con poco valor agregado.

La CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe es el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo económico y social de la región.​ Sus labores se concentran en el campo de la investigación económica. Sus últimas proyecciones para el año 2019 muestran que la caída de las proyecciones se explica por siete años de decrecimiento continuo. En América Latina en general, para el año 2019 pronostica un crecimiento de 0.1%, Para Colombia que está a la cabeza 3.2%, Perú 2.5%, Chile 1.8%, Brasil 0.8%, Ecuador 0.2%, Argentina -3%, Nicaragua -5%, Venezuela -25%, indicando que la crisis afecta a 17 de 20 países de nuestro sub continente. (Datos de esta semana del 11 de noviembre de 2019).

La pregunta es ¿Qué está pasando? Las respuestas no son simples desde la guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta la dependencia de América Latina del primer mundo y su desarrollo centrado en un comercio con poco valor agregado. A este panorama se añaden situaciones límite que últimamente han sacudido a Ecuador, Bolivia y de manera más compleja a Chile, ninguna se compara a la otra, cada cual tiene sus razones propias quizá bajo el signo de “inconformidad”. Otro factor ineludible es la corrupción generalizada que ha pasado de “secreto a voces” a su manifestación más abierta e inocultable generando actitudes de rechazo y reacciones desde drásticas y complejas hasta posiciones tibias en algunos países. En los tiempos de la era digital ya nada se puede ocultar, las nuevas generaciones poseen un poder de transmisión de la información que nunca fue más potente que ahora, daría la impresión que más que de “líderes” se trata de “colectivos eficientes”. Otro factor detonante que las diversas colectividades rechazan es la actitud de muchos políticos que en vez de entender lo ocurrido y corregirlo, buscan culparse entre unos y otros. Si quisiéramos dar un apelativo a esta época podríamos llamarla “la era de la indignación”.

Se requiere sensatez, conciencia de cooperación positiva de todos los estratos y colectivos sociales. No se trata ni de culpar a los políticos actuales o sus antecesores sino reconstruir la sociedad por el camino de la sensatez y el progreso. Un primer paso es tomar conciencia de lo ocurrido y asumir un compromiso valiente como ciudadanos que buscan unirse para generar progreso y bienestar. Los conflictos no pueden ser situaciones permanentes, son signos de disconformidad que deben transformarse en acciones positivas y solidarias, donde prime la justicia, la equidad y el orden que se requiere para salir adelante. La Cámara del Pacífico consciente de esta situación hace un llamado a sus miembros y a los empresarios en general a comprometerse en sus empresas y organizaciones para establecer y promover compromisos y pactos con los colaboradores, con los clientes y con la sociedad en general donde prime la trasparencia en los negocios y en los compromisos políticos que nos lleven a consolidar rutas viables para el desarrollo de cada país y de la región. Lo que no se puede parar es el comercio, la atención a los mercados y el bienestar de la población que definitivamente no está sólo en manos de los gobernantes sino de todos los que formamos un país. Nunca es tarde para reaccionar con actitudes proactivas que nos aseguren un futuro estable.